Llegó al mercado en junio y es, con toda seguridad, el mejor «smartphone» hecho nunca por Sony. Igual que en las generaciones anteriores, el Xperia ZX Premium destaca principalmente por su pantalla y por su cámara, que en esta ocasión viene equipada con una serie de características que la hacen única. Con su nuevo dispositivo, el gigante japonés ha decidido, en cuanto al diseño, continuar con sus líneas características. Es decir, que no ha pasado a la pantalla sin bordes como han hecho otros fabricantes, y mantiene esas formas cuadradas que lo hacen inconfundible.
En cuanto al procesador, nada que decir. Incorpora lo último de Qualcomm, el Snapdragon 835, que es el chip de la gama alta de este año, y se complementa con 4 GB de memoria RAM para garantizar la fluidez en el uso de aplicaciones. Y si bien es cierto que otros fabricantes han pasado ya a los 6 e incluso a los 8 GB de RAM, también lo es que en este modelo no se aprecian retardos en la ejecución de ninguna tarea, incluso de las más exigentes.
El espacio para almacenamiento es de 64 GB y la batería, de 3.230 miliamperios, dispone del sistema de carga rápida Quick Charge 3.0. Por supuesto, como es habitual, se trata de un terminal resistente al agua, y cuenta con la certificación IP68, que permite sumergir el teléfono hasta 1,5 metros de profundidad durante un máximo de 30 minutos.
La pantalla es uno de los puntos fuertes de este terminal. Estamos, en efecto, ante un panel de 5,5 pulgadas 4K IPS, con tecnología Triluminos y HDR. Es decir, una calidad inmejorable, con una densidad de píxeles única (más de 800 ppp), aunque tal resolución, capaz de mostrar vídeos espectaculares, no se puede aplicar a todos los contenidos que visualizamos.
En el apartado de fotografía, Sony no ha incluido en este modelo una doble cámara, tan de moda este año, pero eso queda compensado de sobra por su nuevo sensor Exmor RS de 19 megapíxeles y el sistema Motion Eye. Los disparos son instantáneos, algo que no sucedía en modelos anteriores, y el modo de captura predictiva permite a la cámara adelantarse al disparo cuando queremos fotografiar un sujeto en movimiento. De hecho, la cámara empieza a hacer fotos incluso antes de que pulsemos el disparador.
Pero la característica más destacada de la cámara es, sin duda, la función Super Slow Motion que permite, en plena grabación de un vídeo, pulsar un comando para que la misma escena se siga grabando, durante unos segundos, en cámara lenta, para después seguir a velocidad normal. Los resultados son realmente espectaculares, especialmente si tenemos en cuenta que el dispositivo permite grabar esas secuencias de cámara lenta a 960 frames por segundo, cuatro veces más que cualquier otro terminal. La cámara frontal es de 13 megapíxeles. Su precio, 749 euros.
David Pérez Rodríguez 4ºA
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